CARTA EN EL TIEMPO
En el despertar de mis mañanas, que no es otro que el ocaso de tus tardes, pienso en que será de nosotros en un futuro, que nos deparará el destino que se me antoja harto complicado, cómo haremos para que los lazos de este amor se estrechen tanto que puedan llegar a apretar hasta marcar color rojo en nuestra piel.
Saber que estas y no poder verte, acariciarte la piel, sentir tus labios sobre los míos, tu mirada clavada en la mía, se me antoja que este sentimiento no tiene demasiado futuro, son demasiados inconvenientes, demasiadas horas muertas, demasiados silencios, se me antoja que el amor no se puede alimentar de tan poco, aunque lo que tu ofreces es amor, este no tiene la consistencia, la pasta necesaria para que sea lo suficiente fuerte, para que el espacio entre nosotros este lleno. Sé que cuando leas esto pensarás que es un adiós, que lo nuestro se está acabando, no es así, simplemente te expongo aquello que siempre quieres saber de mí, lo que siento.
Te extraño tanto, que a veces no sé si lo nuestro existió o simplemente fue un deseo de mi imaginación, que jugó con mis mas profundos sentimientos, no sé si en tu mundo hay sitio para mí, simplemente me siento un espectador en la película de tu vida, aunque deseando con todas sus fuerzas ser actor y protagonista principal.
Veinticinco años después de haber escrito esto, vuelve a mí como queriendo recordarme que la vida gira y gira, y aquello que se fue, con el tiempo puede volver, en aquel momento y dejándome llevar por el ansia de la juventud, no entendí muy bien que pasó, porqué aquello no funcionó, ahora desde la distancia que proporciona el paso de los años, simplemente no entendí que el amor solo se alimenta de amor, no de deseos de mitificar a esa persona que amamos, simplemente un pequeño roce, una mirada cómplice, una tarea compartida, es suficiente para saber que nos aman, el simple echo de preparar la ropa para el día siguiente con tanto esmero, nos proporciona el alimento suficiente, no es necesario grandes gestas, simplemente pequeños regalos de dulzura que a diario se hacen y que casi nunca se les da la importancia que tienen, tal vez por que estamos acostumbrados a estas pequeñas cosas, que por otro lado son las que sin darnos cuenta alimentan día a día la llama de nuestro amor y nos hace levantarnos cada mañana un poco mas enamorados…
Saber que estas y no poder verte, acariciarte la piel, sentir tus labios sobre los míos, tu mirada clavada en la mía, se me antoja que este sentimiento no tiene demasiado futuro, son demasiados inconvenientes, demasiadas horas muertas, demasiados silencios, se me antoja que el amor no se puede alimentar de tan poco, aunque lo que tu ofreces es amor, este no tiene la consistencia, la pasta necesaria para que sea lo suficiente fuerte, para que el espacio entre nosotros este lleno. Sé que cuando leas esto pensarás que es un adiós, que lo nuestro se está acabando, no es así, simplemente te expongo aquello que siempre quieres saber de mí, lo que siento.
Te extraño tanto, que a veces no sé si lo nuestro existió o simplemente fue un deseo de mi imaginación, que jugó con mis mas profundos sentimientos, no sé si en tu mundo hay sitio para mí, simplemente me siento un espectador en la película de tu vida, aunque deseando con todas sus fuerzas ser actor y protagonista principal.
Veinticinco años después de haber escrito esto, vuelve a mí como queriendo recordarme que la vida gira y gira, y aquello que se fue, con el tiempo puede volver, en aquel momento y dejándome llevar por el ansia de la juventud, no entendí muy bien que pasó, porqué aquello no funcionó, ahora desde la distancia que proporciona el paso de los años, simplemente no entendí que el amor solo se alimenta de amor, no de deseos de mitificar a esa persona que amamos, simplemente un pequeño roce, una mirada cómplice, una tarea compartida, es suficiente para saber que nos aman, el simple echo de preparar la ropa para el día siguiente con tanto esmero, nos proporciona el alimento suficiente, no es necesario grandes gestas, simplemente pequeños regalos de dulzura que a diario se hacen y que casi nunca se les da la importancia que tienen, tal vez por que estamos acostumbrados a estas pequeñas cosas, que por otro lado son las que sin darnos cuenta alimentan día a día la llama de nuestro amor y nos hace levantarnos cada mañana un poco mas enamorados…
…dedicado a quien quiso saber algo más de mí.