Un camino por recorrer

viernes, noviembre 24, 2006


Mientras hago el intento de escribir un artículo nuevo para este bloc, después de tanto tiempo sin poder estar paseando por estos escritos, debido a problemas ajenos a mi voluntad y que me tuvieron bastante ocupado, no se me viene a la mente otra cosa que recordar a tantos amigos que tengo por aquí.
Adalberto, siempre con sus escritos en defensa de la injusticia, y que aunque no pude comentar en su bloc, si pasé a leer, ya que en algo parecido me vi inmerso, reconforta saber que hay mas gente luchando.
Recientemente logré contactar con algunos, los cuales no dejaron de mandarme correos para saber de mí a ellos un fuerte abrazo, tampoco tuve la ocasión de responderles, desde aquí mis disculpas.
Imagino que muchos habrán pensado que había abandonado la escritura, y mi relato del camino, nada más lejos de la realidad, simplemente fue un paréntesis del mismo ocasionado por las circunstancias de la vida, que hace que ese camino se desvíe de su trayectoria y nos lleve hacia lugares en los cuales no quisiéramos estar.
Panchy, mi querida amiga, que es un manantial de escritos dulces, y que reflejan fielmente lo grande de su corazón, aunque recientemente no pude entrar en su bloc por problemas de código, espero que pueda arreglarlo.
Obviamente alguno se quedará en el tintero, pero mentarlos a todos sería muy largo, a todos ellos les doy las gracias por las molestias que se tomaron al visitar un bloc en estado de hibernación, y les digo que en adelante encontrarán algo de mí puesto en él.
Siempre he tenido la intención de continuar mi relato, y ahora sigue su marcha…

A pesar de todo, el camino continúa, lento, con recodos, con encrucijadas, en las cuales tienes que decidir la dirección a tomar, no hace mucho, en una de ellas, varié la dirección, no por mí, sino por las circunstancias, en ese recorrido estuve en soledad, por que era un pequeño desvío en el cual no se aceptaba a nadie, en el vi, a persona a las que creía de otra condición humana, y que demostraron que ante la injusticia y la opresión, simplemente se les ocurre esconder la cabeza en la tierra, como los avestruces, a personas en apariencia insignificantes, que demostraron ser titanes, a gente en fin, que vendieron su futuro y el de sus familias, como vulgarmente se dice por un plato de lentejas.
Todos nosotros nos vimos envueltos en la misma guerra, todos salimos heridos, pero sólo algunos podremos seguir con la cabeza alta, sólo algunos podremos seguir mirando a nuestros hijos a los ojos sin la vergüenza de no haber defendido lo que era suyo. Que tristeza me da haber descubierto lo que algunos es capaz de hacer por un pequeño privilegio.
Éramos muchos en esta guerra, y al final sólo quedamos unos cuantos, el resto sucumbió ante la patronal, ante la miseria de seguir un poco más esclavizados al yugo impuesto por una sociedad que sólo premia al que más tiene, y castiga al desvalido.
Así lentamente voy retomando el camino de mi vida, un poco mas herido por todo lo que aconteció, pero con la satisfacción de que no lo consiguieron sin sangre, tuvieron que luchar más de lo que esperaban, y además con la convicción de que a la larga saldrán perjudicados, en lo físico y en lo moral.
Mañana recordaré todo lo acontecido y al mirar a los actores de esta tragicomedia, no me quedará más remedio que compadecerme de ellos, porque la dignidad no se vende, es algo tan preciado que cuando se pierde se deja de tener valor en esta vida y se pasa a ser una persona vacía, sin escrúpulos, y lo que es peor, una persona a la cual nadie quiere.
Obviamente mi camino continua, un camino largo por recorrer, y que está y estará lleno de encrucijadas, recodos y enigmas de la vida cotidiana, un camino en el cual están invitados todos mis amigos, un camino en el que nadie sobra, y en el que nadie es imprescindible, simplemente un camino lleno de vida…


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